

Melipilla impulsa programa pionero de prevención de trastornos alimentarios en escolares
La iniciativa busca educar, detectar tempranamente y prevenir enfermedades como la anorexia y la bulimia en niños y adolescentes.
Melipilla dio un paso pionero en salud mental y bienestar escolar con el lanzamiento de un programa inédito de prevención de Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA), impulsado por la Corporación Municipal de Educación y Salud (CORMUMEL) en alianza con la Fundación Petra.
El programa, denominado “Educación y Detección Temprana de los TCA”, se implementó por primera vez en la Escuela Rural Claudio Arrau, ubicada en la localidad de Codigua, y tiene como objetivo educar, sensibilizar y detectar tempranamente posibles casos de TCA. Estas enfermedades psiquiátricas severas alteran la relación con la comida y la percepción corporal, afectando gravemente la salud física y mental, y en los casos más críticos, pueden llegar a causar la muerte.
Paulo Zegers Bahamondes, director de la Escuela Claudio Arrau, manifiesta “La Escuela Rural Claudio Arrau marca un precedente con la implementación del programa Educación y Detección Temprana de los Trastornos de Conducta Alimentaria. Una iniciativa pionera que busca educar, sensibilizar y detectar a tiempo posibles casos de TCA, promoviendo el bienestar integral de niñas, niños y jóvenes. Porque cuidar la mente y el cuerpo, también es educar con amor y compromiso”.

“Nuestro foco es educar para prevenir estas enfermedades, y la prioridad son los niños y adolescentes, por ser quienes tienen más riesgo de desarrollarlas. Con este proyecto, toda la comunidad educativa aprende a identificar señales de alerta y a actuar oportunamente”, señala María Angélica Sánchez, presidenta de Fundación Petra.
Educar para prevenir: una estrategia integral
El programa fue ejecutado por el equipo de la Fundación Petra junto a profesionales del Centro de Estudios de la Conducta Alimentaria de la Universidad Adolfo Ibáñez (CECA UAI), e incluyó capacitaciones al equipo directivo y docentes, instancias de sensibilización con apoderados, y la aplicación del test SCOFF a estudiantes de 4° a 7° básico —con consentimiento de padres y asentimiento de los niños—.
Esta herramienta, reconocida internacionalmente por su eficacia en la detección temprana de posibles trastornos alimentarios, no entrega un diagnóstico definitivo, sino que indica un nivel de riesgo, lo que permite intervenir de manera oportuna y preventiva.
Los resultados iniciales del test evidenciaron la necesidad de fortalecer los sistemas de acompañamiento y contención emocional. Por ello, Fundación Petra y el equipo de convivencia escolar del establecimiento diseñaron un protocolo de actuación ante sospechas de TCA, junto con acciones de refuerzo psicoeducativo para estudiantes.
La identificación precoz de estas enfermedades es crucial para brindar la ayuda necesaria, prevenir el desarrollo de cuadros más complejos y contribuir al bienestar integral de los estudiantes y de la comunidad en general.
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