

Revelan que 1 de cada 4 estudiantes terminaría el año con más de 27 días de inasistencia
Se reveló que uno de cada cuatro estudiantes podrían terminar el año escolar con más de 27 días de clases perdidos, por diferentes razones.
Frente a este escenario, dado a conocer por El Mercurio, en el Expreso Bío Bío conversamos con la directora ejecutiva de la Educación 2020, Ingrid Olea, quien planteó que “si no estamos en clases, viviendo el proceso educativo, no hay aprendizaje que pueda ocurrir”.
“Entonces, ir a clases y que los niños estén, que aprovechemos ese tiempo, es un paso que es básico y fundamental, para que le podamos sacar provecho a todo esto”, agregó.
Cabe mencionar que, Según comentó Olea, este es un fenómeno que ocurría antes, pero que se intensificó durante la pandemia del Covid-19: la inasistencia en clases de niños, niñas y adolescentes.
Específicamente, la entrevistada señaló que este problema se debe separar en dos fenómenos: “Uno es los niños que no asisten al colegio por diversas razones, familiares, de salud, etc.; y un tema que agrava esto es cuando los colegios no están disponibles para que ocurra este proceso educativo”.
En cuanto a qué se puede hacer, Olea sostuvo que “se aborda, primero, dándole importancia a la asistencia (…) El colegio, en general, en Chile -tenemos diferentes niveles de infraestructura- son lugares donde, cuando llueve, no se inundan, el colegio sigue teniendo clases. Desde ahí, es importante que siempre se incentive a no tener esta opción de que, a lo mejor, no vamos al colegio”.
De igual forma, la directora ejecutiva de Educación 2020 aseguró que “hay distintos niveles del problema. En cada nivel vamos avanzando en la gravedad de las inasistencias”.
“Es cada vez más difícil y cada vez más caro, en términos de política pública, revertirlo. Hay niños que no asisten un día, tres días, por distintas razones. Pero eso, cuando se convierte en algo permanente, empieza a afectar, en primer lugar, los resultados de aprendizaje”, siguió.
En la misma línea, Olea manifestó que “cuando eso ocurre, son estudiantes que empiezan a obtener peores resultados y entramos en un círculo en que están desenchufados de lo que está pasando en el colegio, y subsanar esa desmotivación es mucho más difícil que volver a traer a un niño que faltó un par de días al colegio”.
“Lamentablemente, cuando hablamos de asistencia crónica, son niños que no están siguiendo el proceso educativo, ya lo vieron interrumpido, y eso aumenta muchísimo el riesgo de que terminen desertando del sistema educativo. Revertir eso es muchísimo más caro que incentivar la asistencia como política del país”, agregó.
Por último, la entrevistada planteó que, “frente a eso, si bien hay ciertos motivos en los que asumamos que el colegio no va a estar disponible (…) Pero, lo que nosotros hemos planteado es que, no porque el colegio no esté disponible, se tiene que detener el proceso educativo”.
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