

Mes del Corazón: ocupaciones para un corazón sano

Por Mg. Ignacio Catalán Académico Escuela de Terapia Ocupacional Universidad de Las Américas
En nuestro país, en agosto conmemoramos el Mes del Corazón, una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la prevención de las enfermedades cardiovasculares, principal causa de muerte en Chile y el mundo. Durante este tiempo, profesionales y organizaciones de salud han realizado diversas actividades para promover hábitos saludables, evaluaciones preventivas y educación comunitaria.
En Chile, 34 personas por cada 100.000 habitantes mueren por infarto agudo al miocardio, y 31 por cada 100.000 por enfermedades hipertensivas. Estos datos refuerzan la necesidad de intervenciones preventivas y de autocuidado.
La Terapia Ocupacional desempeña un papel clave en este desafío, ya que promueve la participación activa en ocupaciones significativas que contribuyen al bienestar físico, mental y social. Desde la disciplina, se fomenta la incorporación de rutinas saludables que incluyen la incorporación de actividad físico/motriz en la vida cotidiana, la elección de rutinas saludables, el manejo del estrés y el fortalecimiento de la red social y comunitaria, todos factores protectores para la salud cardiovascular.
Reconocer los síntomas de un infarto es fundamental: dolor o pesadez en el pecho que puede irradiarse al brazo izquierdo, cuello o mandíbula; dificultad para respirar, sudoración y sensación de muerte inminente. La Terapia Ocupacional, a través de la intervención personalizada, talleres y acompañamiento comunitario, ayuda a las personas a identificar estas señales y a implementar cambios sostenibles en su estilo de vida.
Cuidar el corazón debe ser es una preocupación permanente. Por se debe integrar la actividad física en actividades cotidianas, tales como caminar, subir escaleras, realizar pausas activas; desarrollar rutinas de descanso, favoreciendo la higiene del sueño; incorporar actividades gratificantes y relajantes como la jardinería, manualidades, ergoterapia y técnicas de relajación para reducir el estrés, y mantener controles de salud de manera periódica.
Cuidar el corazón no es solo responsabilidad del sistema sanitario, sino un compromiso personal y colectivo. El llamado es a participar activamente en ocupaciones que promuevan la salud y el bienestar, construyendo hábitos permanentes en el tiempo.
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