
Primarias presidenciales
Nelson Retamales Tirado
En mi columna anterior escribía, ¿cuántos problemas sociales se habrían solucionado con los 27 mil millones de pesos -¡27 mil millones!- que se gastarán en la primaria que el Estado financiará para que el oficialismo encuentre su candidato presidencial para noviembre?
Las muchas y tan variadas carencias de la ciudadanía en aspectos como salud, educación y seguridad -entre otros caballitos de batalla de todo candidato- seguirán esperando y veo, no sé si con optimismo, la pelea en que se han enfrascado dos competidoras -¿poder femenino?- mientras los varones, uno, no pincha ni corta y, el otro, vive un mundo de fantasía con salidas dramáticamente fuera de tono, propias de un mundo paralelo, que no le permite vislumbrar, siquiera, la realidad o, peor, no le permite tener la capacidad de separar el contexto de su ideologismo puro, al punto de autoproclamarse ganador seguro de la Primaria, sin atender a que, de no mediar la fragilidad del cuarto oponente, ése lugar sería el suyo. Pero está bien, pues si alguien entra a la cancha a perder, mejor no entre, lo que no inhibe la cautela y una adecuada dosis de realismo y humildad.
¿Habrá algún grado de autocrítica en las fuerzas oficialistas?
Las dos precandidatas con cierta certeza de figurar en la papeleta final, han ido aumentando la tensión por sus declaraciones cruzadas al extremo que, quien lideró las encuestas hasta no ha mucho, dijo que no era partidaria de que el Partido Comunista gobernara, a lo que le respondieron que era un prejuicio y una descalificación gratuita, pero, como estamos en política, vino la consabida vuelta de carnero, y contraatacó la enrostrada alegando que no acepta que se le tilde como anticomunista, aunque para dejar la pelota botando, un diputado del socialismo democrático, dijo crípticamente que, “acá no hay anticomunismo, lo que hay es realismo político”.
Es más, diplomáticamente, han dicho que hay que decir las cosas como son: Tohá representa un proyecto distinto, capaz de construir una mayoría social y política que enfrente y derrote a la derecha en la elección presidencial y que, sin lugar a dudas, tiene la posibilidad de ser la próxima presidenta de Chile. A contrario sensu, Jara, ¿no?
No soy semiólogo como para estudiar el significado de los signos de la vida social -en este caso política- que se envían de forma encubierta, aunque aclara cuáles serían las distancias, pero una cosa se puede inferir: No hay comunión y no habrá mayoría política, pues de ganar Jara, muchos socialistas democráticos, en el secreto de la urna, buscarán una opción diversa -no necesariamente marcar por el contrario- y eso dará sustento a lo anticipado por el analista político de izquierda, Pepe Auth: que la segunda vuelta sea entre dos candidatos opositores.
Pero quien gane la Primaria, ha sido parte y representará -aunque quiera desmarcarse- el continuismo del actual gobierno que, no ha cumplido. ¿Más de lo mismo?
Esto es ser, simplemente, objetivo, como Auth.
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