

El ocaso de Francisco Gilabert, el controvertido árbitro del fútbol chileno
En sus últimos años de referato, Francisco Gilabert ha estado en el ojo del huracán de los hinchas y dirigentes del fútbol chileno, por sus controvertidas actuaciones al interior y fuera de las canchas.
La última tuvo acción este domingo en la Región Metropolitana. El aún árbitro FIFA, dirigió el encuentro entre Melipilla y Linares, clubes de la defenestrada Segunda División Profesional que pelean -junto a Puerto Montt y Provincial Ovalle- el único ascenso que otorga la categoría.
Corría el minuto 64” del partido y el argentino Cristián Duma, artillero linarense, abría el marcador y dejaba al cuadro visitante a sólo un punto del líder.
Sin embargo, Gilabert anuló el gol que él mismo había validado, tras una curiosa deliberación con su terna arbitral. Decidió, después de varios minutos de conversación con el cuerpo de referís, dejar sin efecto la anotación por una supuesta falta en una acción anterior a la jugada de la anotación.
Esto causó la indignación del cuerpo técnico liderado por Rodrigo “Kalule” Meléndez. Y es que en la categoría, como ocurre en Primera B, no existe el VAR y tampoco hubo transmisión televisiva por “problemas técnicos” que acusó el proveedor.
Al ser consultado por la determinación del juez que se desempeña habitualmente en Primera División, Meléndez lo calificó de “lamentable” y que no logró comprender “qué se le pasó por la cabeza” a Gilabert. Al ser requerido de que si es excesiva la dependencia de los árbitros con el VAR, remató señalando que “seguro; quizás en Primera pueden equivocarse un poquito más”.
¿Poco ético? El nexo de Francisco Gilabert con Coquimbo Unido
El año 2023, Pablo Gilabert -hermano del referí- llegó a trabajar a la poderosa agencia Mundo Futuro, controlada por Sergio Morales, exsocio y controlador de Coquimbo Unido.
Si bien en los papeles, Morales se encuentra alejado del cuadro pirata, su hijo, Pablo, es actualmente gerente general del cuadro líder del fútbol chileno.
Según una revisión que pudo hacer La Radio, Francisco Gilabert, desde que su hermano comenzó a integrar la empresa de representación de jugadores, a Coquimbo le ha dirigido 9 partidos tanto en Primera A como en Copa Chile, con 6 victorias para los del norte, 2 empates y sólo una derrota.
De hecho, la dirigencia de Limache -encabezada por César Villegas- ya había expresado su molestia e inquietud al jefe de los árbitros, Roberto Tobar, el mismo que fue sancionado en el caso “Club de Póker”, por la -acusan- “irregularidad” de la que es partícipe Francisco Gilabert.
En cualquier caso, según el reglamento que actualmente rige sobre los árbitros, nada les impide dirigir encuentros a clubes en los que trabajen familiares de forma directa o indirecta.
Bío-Bío tomó contacto con los hermanos Gilabert, pero ambos declinaron realizar declaraciones públicas.
Los audios y el polémico partido entre Huachipato y Copiapó
En 2021, durante la liguilla de promoción entre Huachipato y Deportes Copiapó, un duelo definitorio que selló el descenso del equipo nortino, Gilabert, como juez central, cobró un penal controversial a favor de los acereros en tiempo de descuento, una jugada que inclinó la balanza y generó acusaciones de robo por parte de los perdedores.
Meses después, en abril de 2022, audios filtrados por Radio ADN revelaron la confesión del árbitro: admitió haber recibido “órdenes desde Santiago” para sancionar esa pena máxima, a pesar de sus dudas iniciales.
“Me llamaron de Santiago que tenía que cobrar penal”, declaró en la grabación, describiendo el día como “muy trucho” y expresando sentirse “como aweonao” por haber cedido a la presión.
El VAR, operado por Cristián Droguett, ratificó la existencia de ese llamado externo, lo que avivó las llamas de un debate que involucró a la dirigencia de la ANFP y figuras como Javier Castrilli, entonces jefe de los réferis.
El 17 de mayo de 2022, el Tribunal de Disciplina de la ANFP emitió su fallo por unanimidad (salvo disidencias menores en otros casos): “Se absuelve al denunciado Francisco Gilabert y se ordena el archivo de los antecedentes a su respecto”. La resolución, respaldada por una exhaustiva revisión de evidencias —incluyendo declaraciones del propio Gilabert, quien juró no haber dudado del cobro del penal y negó autorizar la filtración—, concluyó que el escándalo fue un “montaje” orquestado para desestabilizar el arbitraje nacional.
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