

Impresentable
Nelson Retamales Tirado
Además, baste recordar el artículo 8° del Código Civil: “Nadie podrá alegar ignorancia de la ley después que ésta haya entrado en vigencia”.
El ministro Cordero, abogado administrativista, en su momento dijo que este acto no trasgredía la Constitución. Quisietra entender lo dicho como un gesto ideológico, pues si no, sería imperdonable, por los laureles jurídico-académicos que lo rodean.
En un mentís inesperado, el Tribunal Constitucional (TC), salió de su actuar “alineado” y acordó por amplia mayoría (8-2), en fallo inapelable, el cese en el cargo de senadora Isabel Allende Bussi, quien por tres decenios, ha formado parte del parlamento chileno y, de paso, generó un quiebre entre el Frente Amplio y el Partido Socialista, porque dos ministras de origen frenteamplista, designadas por el presidente Boric, votaron a favor del cese, olvidando que, la acusación era por trasgredir un impedimento constitucional y, de no haberlo hecho, habrían faltado a su mandato, como lo hicieron los dos que desconocieron el real sentido del acto y votaron en contra.
“Cesará en el cargo el diputado o senador que durante su ejercicio celebrare o caucionare contratos con el Estado…” y el que no entienda esto, no puede estar en esa posición; lo mismo que “… los Ministros estarán sujetos a la prohibición de celebrar o caucionar contratos con el Estado…”, por tanto, el TC más allá de sus afinidades doctrinarias o ideológicas, estaba obligado a cumplir con la norma y por ello, acordó el inédito fallo, que sorprendió a todos, o casi.
Como las normas no admiten interpretaciones, pienso que lo mismo se debió aplicar a la renunciada ex ministra de Defensa, pero le faltaron “pantalones” a algunos débiles políticos de oposición.
Impresentable, también, el actuar del Gobierno y de sus abogados que, debido a la ineptitud y al amiguismo, no hubo ninguno capaz de darse cuenta del tremendo error -que una persona de primer año de derecho, habría advertido- sin embargo, participaron 17 abogados en el estudio de la compra, todos ellos de una ignorancia e ineptitud tremendas, pero, también se debe advertir que, los asesores podrán equivocarse -como lo hicieron-, podrán despedirlos -como no lo han hecho aun- pero, la responsabilidad –que en derecho público no se delega- es del gestor de la idea y, a la vez, suscriptor del decreto que ordenaba la compra, lo que me lleva a creer que Isabel Allende, no será el último grumete de la Baquedano pues, otros, también deberán responder.
Alegrémonos por la actitud del TC que recupera, al menos por ahora, su independencia de todo otro poder, incluso, de quienes los designaron.
Ahora, lo que tengo claro es que, la figura, es Salvador Allende Gossens, los demás, simplemente usufructúan de esa figura.
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