

Corriendo solos

Nelson Retamales Tirado
La doblemente complicada situación de la candidata oficialista, ha permitido que los entendidos, centren su atención en quien -o quienes- de la oposición -estamos hablando de dos derechas totalmente diversas, hasta ahora, sin punto de convergencia, ni siquiera electoral, de una de ellas- pasará a segunda vuelta, prácticamente, a cumplir un mero trámite que es esperar el conteo de votos que le ratifique el triunfo en diciembre, porque la de noviembre, se quedará, simplemente, en primera vuelta, ya que no hay contrincante capaz de obtener más de la mitad de los votos y, entonces, entre los dos primeros, cualquiera que gane, se cumplirá el requisito constitucional y se alzará con el triunfo, esperando que, no se cumpla la amenaza de revuelta popular que anticipa Artés -que en materia electoral es igual a cero, ergo, no existe- y si lo hace, que se saque a la calle a quienes se tiene que sacar y punto y, en esta vuelta, defender a quienes ponen orden evitando quemas y destrucción y, terminan siendo perseguidos.
La doble complicación de la candidata oficialista es, una, tiene todo su capital político puesto en la mesa; no tiene de dónde sacar más votos y peor aún, tiene menos que el que se cree pues, sin duda, muchos seguidores del denominado socialismo democrático le restarán su apoyo en el secreto de la urna y apoyarán por otro postulante o, los más nobles, anularán el voto o votarán en blanco; dos, su partido, el comunista y en el cual milita desde los 14 años, no la quiere -pareciera que su candidato era el complicado Jadue- y la tensión llegó a tanto, que la candidata acusó a Carmona, presidente de la colectividad, de falta de fraternidad, o sea, de falta de amistad y afecto entre hermanos o quienes se tratan como tales, según la RAE.
Le llueve sobre mojado pues, si parte del socialismo democrático se le va a restar en la urna, ahora se encuentra con que parte de sus propios camaradas -cuyo es el trato universal de sus militantes, igual que los democristianos, que existen con respirador artificial y se resisten a votar por ella- la están abandonando, quizás sea porque al comunismo ortodoxo no le interesa entrar en una lucha que ven perdida y, además, poco clara, con atisbos de socialdemocracia con el fin de atraer gente de centroizquierda, tanto es así, que ha deslizado críticas a dictaduras “amigas”. Todo ello, la aleja de la finalidad última que el Partido Comunista persigue donde pueda hacerse del poder y no es otra que, construir una sociedad sin clases, abolir la propiedad privada de los medios de producción, con el Estado controlando la política y la economía y, por los modelos que se conocen, controlando la gente.
Sacando cuentas alegres -como los fonderos en Fiestas Patrias- si la merma de votos de la coalición que la apoya -socialistas, comunistas y frenteamplistas- fuera importante, podría ser que, la segunda vuelta, se dispute entre dos opositores y, aunque no sorprendente, sería extraordinario.
Y se aclararía la duda que persiste en quién de la derecha pasará, finalmente, a segunda vuelta -si se produjera- porque eso, no está zanjado todavía.
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