

Así no se puede

Por Nelson Retamales Tirado
Al rechazar el oficialismo el proyecto que impone multas a quienes no voten, pero manteniendo el proceso como “obligatorio”, simplemente es reírse del pueblo. Y resulta inexplicable que, gente que dice estar de parte del pueblo, se las arregle para obtener ganancias electorales para seguir fastidiándolo, si sabe que, en su mayoría, no está con la actual administración que no se ha preocupado de cuestiones que permitan el progreso del país y el reencuentro entre chilenos, sino, sólo de cuestiones ideológicas y, que, de alguna manera, tratan de reimponer mimetizando propuestas con normas que fueron rechazadas ampliamente en el texto propuesto por la Convención Constitucional, de 2022.
Teniendo -el gobierno- claridad absoluta de que el voto obligatorio no le favorece, ha manipulado la situación y ha faltado al compromiso de aportar los votos oficialistas para aprobar la iniciativa y que, dicen, les hizo firmar un acuerdo para que la posterior discusión del voto migrante y de la multa avanzaran.
Pero, como muchas en otras situaciones, el oficialismo se está saltando la Constitución Política de la República (CPR) pues ésta impone regular las multas por no sufragar, por tanto, está en juego el cumplimiento de nuestra “Carta Magna” y, cualquier hijo de vecino, sabe cuál es la sanción para quienes en vano, juraron o prometieron, cumplir y hacer cumplir la Constitución y por tanto, lo que ocurre es de la máxima gravedad y, tal vez, se aprovechen de la cobardía de la oposición para iniciar acciones ejemplificadores, de aquellas que inviten a no incumplir jamás, nuestra ley superior, aún a riesgo de situaciones traumáticas y dolorosas.
El inciso segundo del artículo 15 de la CPR, expresa “El sufragio será obligatorio para los electores en todas las elecciones y plebiscitos, salvo en las elecciones primarias. Una ley orgánica constitucional fijará las multas o sanciones que se aplicarán por el incumplimiento de este deber…”. Del simple análisis de la norma, el lector se percatará que las palabras “fijará” y “aplicarán” están en modo imperativo, es decir, es una orden, para el presidente y parlamentarios, no es un favor ni debe obedecer a espurios cálculos electorales y, ¿quiere que le diga?, ni así, la candidata de Palacio, tiene alguna posibilidad de ganar pues tiene todo su capital de votos invertido, porque su primaria comprendió el total del sector, esperándose, para peor, descuelgues del socialismo realmente democrático, siguiendo los dichos anteriores, de su precandidata presidencial.
Para tratar de revertir la situación, la oposición -valga la cacofonía- ha amenazado con no dar quórum a las comisiones en las que se discuten leyes enviadas por el ejecutivo, pero me parece que, ésta, no puede amenazar con no tramitar tales leyes, pero a la vez, el gobierno debe tener la decencia de respetar su palabra -y la obligación de cumplir el mandato constitucional- pues estamos hablando del futuro de un país y no de un botín que, al menos, partidos de izquierda radical, quieren convertir en un feudo, como lo han hecho en Nicaragua, Cuba y, en la cada vez más débil Venezuela de Maduro.
Como el refrán español: “Chaqueteros y ramplones, en cada pueblo, montones.”
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