

Y dale con que las gallinas…
Nelson Retamales Tirado
Y dale con que las gallinas mean, es una de las expresiones chilenas más usadas y se refiere a la porfía suma, casi irracional, respecto de algo.
El gobierno anunció que ingresará esta semana, un proyecto de aborto libre, -ergo: homicidio calificado, para los creyentes- disfrazándola, ahora, “de una política pública sanitaria que tiene que ver con derechos reproductivos y sexuales de las mujeres”.
El gobierno die que, las discusiones hay que darlas, pero fieles a su espíritu antidemocrático, olvidan que, por mucho que especialistas tengan determinadas opiniones, en una democracia “democrática” -valga la redundancia, para distinguirla de las democracias cubana o venezolana- es el pueblo, constituido como cuerpo electoral, y titular de la Soberanía Nacional, quien sanciona las propuestas y, como son de memoria corta, -más que corta, interesada en imponer su ideología- olvidan que el tema ha sido puesto varias veces en la mesa y que, en la Convención Constitucional que aprobó -pisoteando a la minoría- un texto que desdibujaba totalmente nuestra democracia, había un capítulo importante respecto de estos derechos, todo lo que fue ampliamente rechazado por la ciudadanía, infligiendo una enorme derrota al gobierno que la apoyó con todo e interviniendo en algo que debía definir el pueblo, y así todo, perdieron.
Cierto, las discusiones hay que darlas, pero una vez agotadas, deben abandonarse, no insistir en algo cuyo interés es sólo de la izquierda radical o extrema y dedicar el tiempo de discusión a los temas que realmente preocupan a la ciudadanía, y que no es precisamente el aborto.
Resulta de suyo extraño, que se opongan a la pena de muerte de delincuentes que violan y asesinan menores y, paradójicamente, luchen por imponer la misma pena a seres que no tienen cómo defenderse y, todo, porque la mujer es “dueña de su cuerpo” y si, así fuera, no son dueñas de algo que llevan en su vientre y que está destinado a ser persona, cumplidas que sean las etapas del desarrollo intrauterino y, por último, medieras del ser en formación que albergan.
Otro contrasentido es que, mientras luchan por el aborto por ser un compromiso presidencial, dos ministras están amamantando a sus hijos recién nacidos y el presidente, orgulloso, espera un nuevo ser, junto a su pareja, lo que aplaudo de pie.
Esto es comunismo puro, que ve cómo el pueblo llano muere de hambre, sometido y sin derechos políticos, mientras la jerarquía se enriquece vilmente.
Finalmente, recordar que su proyecto rechazado decía que «todas las personas son titulares de derechos sexuales y derechos reproductivos… el derecho a decidir de forma libre sobre el propio cuerpo y el ejercicio de la sexualidad, la reproducción, el placer y la anticoncepción … el Estado garantiza el ejercicio de los derechos sexuales sin discriminación, con enfoque de género, inclusión… asegurando a todas las mujeres una interrupción voluntaria del embarazo… libre de interferencias por parte de terceros…”
Todo esto es pura poesía ideológica que el pueblo chileno, ya rechazó.
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