

Dividir para reinar
Nelson Retamales Tirado
En pleno siglo 21, en Chile, tanto la derecha como la izquierda, e incluso en la pusilanimidad del centro, busca aplicar este concepto, mientras que el sector que hoy gobierna, llevan por dentro una procesión difícil de enfrentar para evitar su propia división, como es el quiebre doctrinario entre los que se dicen socialistas democráticos y los extremos o radicales, mientras que, teniendo una oportunidad nunca antes vista, la derecha vive una especie de autoflagelación, dividiéndose sin que nadie se lo imponga, y todo, por el narcisismo (que algunos del FA también sufren) o quizás, soberbia, por creerse llamados a salvar Chile y, de paso, facilitando el escenario a los contrarios que, pese al muy mal gobierno que han hecho, hay gente que todavía les cree y no porque alaben lo realizado, sino, simplemente, por ideologismo.
Veo más cerca una unión al oficialismo –incluyendo a los ingenuos de la DC que nuevamente gobernarían con los comunistas renegando, una vez más, de su doctrina, pero asegurándose cupos y “pegas”- y, sometiéndose –sin vergüenza- ante gente cuya escala de valores dista de las generaciones antecesoras –no solo de pan vive el hombre, también de adulaciones- y aquellos que contribuyen a segregar el cuadro político, negándose a pactar con los extremos, igualmente actúan en beneficio de una minoría que, con su 30% o menos, podría causar mucho daño, especialmente en las parlamentarias, pues como el nuevo presidente saldrá –sin duda- de la oposición, la fragmentación podría darle el número de parlamentarios suficiente a la izquierda, para entrampar los cambios que se deben hacer, en las diversas materias que agobian a la ciudadanía.
Es hora de dejar de lado pretensiones personales y mirar el bien de Chile, con la esperanza de recuperar el nivel político, social y económico que tuvimos en los últimos años, pues el país está, hoy, más complicado que nunca, con una deuda externa que se salió de todo límite, una estabilidad económico-financiera deplorable y -entre otras desgracias- la seguridad ciudadana en su peor momento.
Homero, dijo hace más de 3.100 años, “La unión hace la fuerza” y quienes creen que hay que dividir para gobernar, se valen de la ingenuidad de sus opositores y, muchas veces, aprovechando el alto egocentrismo de sus adversarios, ganan posiciones que no merecen y eso, debemos entenderlo todos aquellos que buscamos retomar el rumbo que tuvo el país, y para ello, se debe lograr una fórmula para enfrentar las parlamentarias unidos –el sacrificio bien valdrá la pena-, caso en el cual, la mayoría en el Congreso sería abrumadora y se podría, por ejemplo, enmendar la reforma previsional ya aprobada, y que tuvo la virtud de ratificar la capitalización individual que, para el ala más radical del gobierno, fue una bofetada que les va a doler per saecula saeculorum.
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