

Falsa dicotomía
Nelson Retamales Tirado
¿Existe una falsa dicotomía entre libertad y democracia?
El concepto, debo reconocerlo, me queda grande, pese a que he dedicado gran parte mi vida a estudios diversos, pero trataré de entender que, una dicotomía es –siguiendo a nuestra lengua madre- una división en dos partes, opuestas entre sí, en cambio, muy cerca se ubica el dilema que es una situación en la que es necesario elegir entre dos opciones que se excluyen mutuamente.
La falsa dicotomía, también conocida como falso dilema, es una falacia lógica que presenta sólo dos opciones como únicas, y en verdad, así dicho, la opción entre libertad y democracia, no podría configurar una falsa dicotomía, pues entre tales conceptos, no se vislumbra antagonismo, al contrario, son complementarios, lejos de ser dicotómicos.
La verdadera dicotomía, al menos en el plano político, se presenta claramente entre democracia y totalitarismo y pregunto, ¿cuál fue la opción del actual oficialismo, en la fallida Convención Constitucional? Quiéranlo o no, buscaron transformar el país entregándolo a una doctrina que ha fracasado en todo el mundo y los pocos regímenes que quedan, se sostienen a punta de sometimiento.
La alerta contra la ultraderecha y su falsa dicotomía entre libertad y democracia, no es posible sostenerla porque, la libertad es un insumo de la esencia de la democracia, se potencian y no podrían existir la una sin la otra, desaparecerían, como en Cuba.
No se trata de tener un mundo sin reglas ni derechos, por el contrario, las reglas de la democracia, generadas a la luz de la libertad, permiten desarrollo y crecimiento, lo mismo que hemos perdido en estos años en los que, se nos ha dicho que vamos a mejorar y lo único que vemos, es el aumento de la deuda externa, cuya mochila será demasiado pesada para, al menos, los próximos cuatro o cinco gobiernos.
Es lo mismo que la vida real, en que una persona con esfuerzo, reúne riqueza en largo tiempo, y su descendencia la despilfarra en meses. Y pasó justamente, con estos jóvenes, autodefinidos como poseedores de una escala de valores y principios superiores a la generación que los antecedió y vea Usted, como estamos.
Está bien preocuparse por la coyuntura de un mundo incierto, manipulado económicamente por dos de los tres países más habitados del mundo, pero, guardemos la distancia, pues Chile, está lejos de incomodar a quienes tienen la sartén por el mango.
Ese discurso está bien para el barrio, entre nos, o no tan lejos pues, en población, los vecinos Perú nos duplica y Argentina casi nos triplica.
La historia cuenta que, en 1945, durante la segunda guerra mundial, Chile le declaró la guerra a Japón. ¿Ésta sería una versión mejorada?
Acusar a la derecha de establecer una realidad donde prime la ley del más fuerte, que solo trae incertidumbre e inestabilidad, me parece más que pretencioso, pues, certidumbre y estabilidad, hace unos años las perdimos y este gobierno no ha sido capaz de brindárnoslas.
Es cuestión de mirar las cifras de crecimiento y la deuda pública.
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